¿Quieres leer con música?

Dale Play

¡Shalom!


No te quedes derrotado, si has pasado desgracias, levántate con fe y conquitas el asombroso futuro que Dios tiene para ti

Todos pasamos por situaciones injustas, no parece justo que esa persona que mintió acerca de ti y dañó tu reputación quede como si nada pasó, no parece justo que a esa persona a quien le extendiste la mano te calumnie, no parece justo que a esa persona a quién le hiciste bien te pague mal, no parece justo que si tú pecaste un día y Cristo te perdonó todavía haya personas que habla de lo que el Señor te perdonó. Pero “aun cuando la vida y las personas no son justas, Dios es justo”. Si mantienes tu confianza en Él y no te desanimas, sino que continúas tu camino puesto tus ojos en Jesús, entonces por cada situación injusta que viviste Dios te hará justicia como te lo ha prometido. 

No permitas que una mala situación que viviste y dejaron huellas profundas arruine el resto de tu vida y te aleje del futuro asombroso que Dios tiene reservado para ti y tu descendencia. Quizá, lo que te hicieron pudo haber estado mal y eso hizo que estés en desventaja frente a lo que te propusiste, pero esto no puede detener tu destino. Recuerda: “El lloro puede durar toda la noche, pero con seguridad el gozo viene por la mañana”. Nada de lo que te pasó es una sorpresa para Dios, porque Él ya tiene planeada la restauración y un nuevo comienzo para ti. 

 Esto fue lo que pasó con el pueblo de Israel, pasaron 430 años viviendo en esclavitud, fueron maltratados terriblemente, los forzaban a trabajar por muchas horas sin descanso, les exigían cuotas que eran imposibles de alcanzar, y un día Dios dijo: “He visto la aflicción de mi pueblo, he escuchado su clamor”. Dios ha visto todo el daño que te han hecho, Él conoce a las personas que te han herido, cada lágrima que derramaste, cada noche triste, cada injusticia; y Dios continuó y dijo: “Yo he descendido para rescatarlos”.

Llega un punto donde Dios dice, ya fue lo suficiente, ya lo he visto, ahora me toca a mí. Descansemos en lo que Dios hará hoy por nosotros. “¡Bendito sea el Señor, nuestro Dios y Salvador, ¡que día tras día lleva nuestras cargas!”  Salmo 68:19 DHH

 

Con aprecio y amor.  
Hernando y Mary Aparicio